Sigo en mi zambullido espiritual encontrándome a mi mismo, la esencia de mí, para así reconstruir mi vida a partir de cimientos sólidos, como hiciera otrora, venciendo a una montaña de recuerdos que no cesan de acosar en horas bajas y se amedrentan en las altas cual jauría de lobos amenazando con cobrar su presa.
Es una carrera contrarreloj hacia la meta en forma de un amanecer en paz y armonía.
Las mayores y más importantes lecciones que imparte la vida se dan en el aula del dolor y se aprecian desde el tiempo pasado.
Noto, sin embargo, que el momento de la alegría se acerca cada vez más.
Cuantas veces muere el hombre a lo largo de su vida?
Estoy aprendiendo a vivir otra vez, volviendo a maravillarme de todo lo que me rodea, voy al mar y contemplo su grandeza haciendo que mis problemas se empequeñecen, Si voy en moto el aire choca contra mi con toda su fuerza, recordándome que debo mantenerme firme, si llueve para y se abre el cielo dándome esperanza, si veo árboles ,magnificas esculturas de la naturaleza, con su vaivén me dan paciencia, siento cierta pena por que se que cuando mi tristeza se vaya todo se irá y permanecerá como hasta ahora en estado latente sabedor de mi intima verdad pero sin poder sentirla.
En parte deseo prolongar mi estancia en este estado, en el que la vida se contempla con una sencillez tranquilizadora.
Desde mi mismo, en compañía de la inmensidad de la naturaleza, os deseo que vaya bien.
Nos vemos.